lunes, 18 de julio de 2016

Casos de Catalepsia


El hombre yemení que cambió su funeral por una fiesta
Curiosamente, sólo dos días antes de que los medios brasileños se hicieran eco de la historia de Kevin Santos, los periódicos yemeníes recogían una historia similar pero, en este caso, con final feliz.
Un hombre de 65 años que había sufrido un ataque al corazón y había sido declarado muerto se despertó en medio de su entierro, justo antes de echar la tierra encima, y grito: “Queréis matarme y enterrarme vivo”. Los asistentes al entierro se llevaron un buen susto y salieron corriendo, pero los que se quedaron ofrecieron al hombre ropas y convirtieron el funeral en una celebración.

El venezolano que se despertó en su propia autopsia
El venezolano Carlos Camejo, de 33 años, fue declarado muerto tras un accidente de tráfico en 2007. “La Policía Vial y Protección Civil levantaron el cuerpo de Carlos, lo montaron en una camilla y sin mirar mucho dijeron que estaba muerto”, explicó un testigo del suceso a El Universal. Su esposa fue avisada del accidente y la llamaron para reconocer el cuerpo. Al llegar al hospital se encontró a su marido en una sala de espera con un informe de su propia autopsia en la mano.
“Los médicos estaban listos para abrirme pero se dieron cuenta de que mi cara estaba sangrando y entonces me cosieron rápidamente y sin anestesia, lo cual hizo que me despertara ya que el dolor era insoportable”, explico Camejo al periódico venezolano. El accidentado regresó a casa sano y salvo pero, en el transcurso del suceso, algún trabajador del hospital o policía aprovechó para robarle todo lo que tenía encima: 600 mil bolívares, la cadena de nacimiento y hasta el anillo de matrimonio.

La resurrección de Luz Milagros
La hija de la madre argentina Analia Bouter fue declarada muerta al nacer. Los médicos la llevaron a la morgue infantil, pero sus padres, que ni siquiera habían visto su cara, pidieron, doce horas después del parto, poder verla antes de que se la llevaran. La niña permanecía en un cajón y, cuando lo abrieron, se dieron cuenta de que seguía viva.
Debido a tan curioso nacimiento, los padres dieron a la niña el nombre de Luz Milagros. Pero la historia no acabó bien. Aunque al principio la niña parecía estar en buen estado de salud, pruebas posteriores confirmaron que había sufrido pérdidas cerebrales irreversibles. Un año y tres meses después del parto, falleció.

El muerto que se levantó para preparar la comida
Dos semanas después de golpearse la cabeza tras una caída, la anciana china Li Xiufeng, de 95 años, fue hallada muerta en su casa por un vecino. Como manda la tradición del país asiático, Xiufeng fue colocada en un ataúd sin cerrar en su casa, donde debía “descansar” durante unos días antes del funeral.

Un día antes del entierro, sus vecinos fueron a ver el ataúd y se lo encontraron vacío. La anciana estaba en la cocina. Xiufeng les explicó que se había despertado después de un sueño largo, le había entrado hambre y había ido a preparar la comida. La anciana tuvo mucha suerte, cualquier otra tradición funeraria habría acabado con ella enterrada viva.